Hemos ido tres gatos a clase (lógico teniendo en cuenta que entrabamos al as 8.30 para volver a casa dos horas después), con la mala suerte de que entre ellos estaba J. No hemos hablado, y de hecho apenas hemos tenido tiempo para poder cruzar un par de miradas; él estaba demasiado ocupado intentando completar un pasatiempo (la verdad que el de hoy estaba jodido, que he intentado hacerlo en el metro y... nada) y yo pensando en si hablarle o no hablarle. Al final, resistí la tentación, pero por poquito, muy poco... Iba escaleras abajo cuando nuestras miradas se cruzaron y me dije "Ahora o nunca" o le pregunto ya o se pasa el momento (Creo que esta semana no va a aparecer por clase, y la siguiente empezamos prácticas. ¿Os he dicho que estoy en su mismo colegio?), y decidí que no iba. Sin pretenderlo, tomé una decisión. Creo que he tomado la decisión de rendirme, de no seguir luchando por nada ni por nadie, y menos por él. De hecho creo que tomé esta decisión hace mucho; desde el momento en que me puse una barrera delante de mí para impedir mi felicidad. No creo que necesite a ningún hombre en mi vida. Va a ser jodidillo pasar página por lo de siempre, viendole todos los días y eso, pero creo que si sigo como hasta ahora, sin hablarle podré conseguirlo. Es gracioso pensar que mi blog lleva abierto pocos dias y es él mi único tema de conversación. Es cierto que aunque no hable con él, si hablo de él y me rayo más que nunca, pero bueno... tendré que ir poco a poco. Lo primero ya está medio conseguido, que es no hablarle. Lo siguiente es no rayarme ni preocuparme por alguien con el que no hablo y que no se preocupa por mí. No sé si lo conseguiré, pero lo principal es que me lo he propuesto. Mi primer post era dudoso acerca de J. y HOY he tomado una decisión: hoy doy LA PATADA a J. y a todos los que quieran ponerse en frente de mí para hacerme daño.
De hecho creo que esto no es una rendición, no por mi parte. Esto es una puerta abierta a mi felicidad: he llegado a un punto de saturación increiblemente elevada, y el vaso ha rebosado. Voy a dejar de ser el saco de boxeo de la gente.
De hecho creo que esto no es una rendición, no por mi parte. Esto es una puerta abierta a mi felicidad: he llegado a un punto de saturación increiblemente elevada, y el vaso ha rebosado. Voy a dejar de ser el saco de boxeo de la gente.
- Fuiste todo pero fuiste, yo no sé si me entendiste que te estoy diciendo adiós.
- Aquí adelante de todos te estoy diciendo a mi modo, te estoy diciendo a mi modo: buena suerte, chao, adiós.
- Y este fue mi testamento de un amor que de content(a) no me dejo ni el sudor, solo queda despedirme con voz ronca pero firme, el mal trago ya pasó.
-Y que importa si hoy ya has pasado una historia que no ha comenzado; y que importa si hoy nuestras manos se han desatado.
Prometo no derramar ninguna lágrima. Prometo intentarlo, al menos.
Creo q has tomado la decisión correcta para poder empezar a olvidarle!! Ya verás como en un tiempecito, ya no será nada para ti!
Besotes